Unidad 5. LA TEORÍA DEL ARTE EN EL SIGLO XX

En esta quinta unidad veremos el pensamiento estético de cuatro pensadores del siglo XX y su relación con corrientes del pensamiento filosófico. El primero será el italiano Benedetto Croce (1866-1952) de postura idealista, el segundo será el húngaro Georg Lukács (1885-1972) filósofo marxista, el tercero será el antropólogo y etnólogo belga Claude Levi Strauss (1908-2009), llamado el padre de la antropología moderna, finalmente, estudiaremos al filósofo alemán Ludwig Wittgenstein (1889-1951).
5.1. Neoplatonismo (Benedetto Croce)
La máxima figura de la estética italiana del siglo XX fue Benedetto Croce (1866-1952). Su nombre y su obra del término dan término al período estético italiano caracterizado por el idealismo filosófico.
La cuestión básica de la estética de Croce es el problema de la especificidad del arte. En el espíritu humano se dan dos tipos de conocimiento: el conocimiento intuitivo, que produce imágenes y el conocimiento lógico, que produce conceptos. El primero es independiente del segundo, pero a la inversa no se puede decir que el conocimiento lógico sea independiente del intuitivo, ya que un concepto no puede existir sin una intuición previa. Como el conocimiento artístico es intuitivo, el arte resulta ser autónomo, es decir, es la intuición del individuo particular. Ésta es la tesis que Croce en su texto llamado Estética.
La intuición no debe confundirse con la sensación ni con la percepción, cómo se distingue de la expresión espiritual. La materialización de la expresión exigiría la intervención de la voluntad, se trata del problema de la distinción entre el fondo y forma en el arte. Croce piensa que el elemento principal de la obra de arte es la forma, porque es imposible concebir una forma que sigue siendo espiritual y que no se materialice. Esta tesis de la intuición artística que propone Croce contiene un subjetivismo demasiado absoluto, porque el arte es, según él, intuición lírica y expresión de la personalidad. Puesto que la intuición un sentimiento, el arte expresa preferentemente el sueño y no una realidad.
5.2. Realismo socialista (Georg Lukács)
Georg Lukács (1885-1972) fue un filósofo de tendencia marxista nacido en Budapest, Hungría, por lo tanto su propuesta estética gira en torno al marxismo y en especial, al socialismo.
En la estética marxista, las condiciones de vida son los que determinan los sentimientos, y los sentimientos mismos no son más que reflejos de nuestra existencia económica. En la creación marxista el artista no debe jamás perder de vista que su objetivo esencial es la vida política y no la libertad individual. El novelista y dramaturgo chocan constantemente con las leyes económicas y sociales en su análisis de los caracteres y en los diálogos de sus personajes. La obligación del marxismo es hacer del arte un servidor del estado y su política.
En la Rusia soviética no hay estéticos notables, si bien existe una doctrina oficial, una doctrina del Estado que se llama realismo socialista. El realismo socialista fue una corriente estética cuyo propósito fue llevar los ideales del comunismo al terreno del arte, particularmente durante el gobierno de Stalin. El realismo socialista también se manifestó en la República Popular China y en la mayoría de los países socialistas.
El realismo socialista tuvo sus bases en el neoclasicismo las tradiciones realistas de la literatura rusa del siglo XIX, en donde se describe de manera simple la vida del pueblo común y corriente, el máximo exponente del realismo ruso fue Máximo Gorki, aunque también hay que destacar a Anton Chejov, Fiodor Dostoievski y León Tolstoi. Su objetivo fue exaltar la figura del obrero, del trabajador, del campesino y de los militares soviéticos, de esta manera educada al pueblo en el significado del socialismo. Su meta última fue crear un hombre nuevo, el nuevo hombre soviético. Para Lenin los escritores y los artistas son como ingenieros de las cadenas humanas, puesto que sólo la literatura soviética, que es la carne y la sangre de reconstrucción socialista, podía adelantar tanto y de hecho adelantó en la literatura debido a su riqueza de contenido y a su carácter revolucionario.
Con el término realismo, el socialismo leninista tuvo la intención de describir al trabajador como en realidad es, con sus herramientas, con su indumentaria y con su fortaleza. Los trabajadores, los campesinos, o sea, los proletarios soviéticos son el centro de atención y de los ideales comunistas leninistas. El realismo socialista sirvió como herramienta política para distanciarse del arte aristocrático de los zares rusos, de esta manera, la fastuosidad y el lujo de la corte fue reemplazado por la vida social del pueblo común, el proletariado. De tal manera que los pintores y escultores, principalmente, representaban campesinos alegres y musculosos; obreros fuertes y satisfechos, también se representaba al ejército como héroe libertador del pueblo oprimido por los zares. El arte realista socialista funcionaba como propaganda política, literatos, músicos, pintores, poetas y arquitectos se esmeraban por mostrar la armonía social y el desarrollo industrial y agrícola de la economía soviética.
En este sentido, Lukács fue un crítico del arte realista socialista. Como ciudadano de un país controlado por la política soviética, pidió desde adentro en la rigidez impuesta en el arte. La crítica al realismo socialista no llegó a construir una alternativa a la que llamó “realismo crítico”, incluso en 1938 publicó un texto llamado “Manifiesto por un arte revolucionario independiente”, al que se adhirieron, André Bretón y Leon Trotsky. Finalmente vale la pena mencionar que en realismo socialista también fue criticado por el comandante Ernesto “Che” Guevara.
5.3. Las teorías lingüísticas y estructuralistas (Claude Levi Strauss)
Claude Levi Strauss (1908-2009), fue un antropólogo francófono belga, fundador de la antropología estructural y fue el introductor, en las ciencias sociales, enfoque estructuralista, está basado en la lingüística estructural propuesta por el lingüista suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913).

El Estructuralismo hizo su primera aparición en el campo de la lingüística, debido a que el papel del lenguaje en el pensamiento humano y comprensión sigue siendo de importancia fundamental. Más aún, se extiende el importante papel de la lengua al arte, lo cual genera una concepción de la música, la pintura, la arquitectura, etc., que conserva varios conceptos de la lingüística que son vistos como sistemas de signos y significantes, comparables a los lenguajes naturales. En la lingüística, el pionero del estructuralismo fue el lingüista suizo Ferdinand de Saussure. Saussure hizo la, ahora famosa, distinción entre la palabra con el enunciado, y la lengua con el sistema mudo e inaudible del lenguaje, que determina la estructura y el significado de un enunciado. Desde el punto de vista de la lingüística, las cosas que decimos se construyen independientemente, y dependen para su significado, de una gramática y un vocabulario que no es él mismo expresado, generalmente no es explícitamente conocidos por los hablantes de las lenguas. La tarea de la lingüística, como Saussure la concibe, consiste en construir o deducir la lengua de su comprensión de la palabra.
En términos generales, el estructuralismo es la búsqueda de estructuras o bases, a través de las cuales se sostiene el significado de cada cosa o concepto dentro de una determinada cultura. Esto quiere decir que dentro de una determinada cultura del significado de cualquier cosa es producido y reproducido a través de varios medios, fenómenos o actividades de la vida práctica, estas situaciones sirven como sistemas de significación que dan sentido a una sociedad. En términos concretos nos estamos refiriendo a cuestiones tan triviales como la preparación de la comida, la forma de servirse comer, los juegos y los entretenimientos con los que se divierten las personas, incluso también cuestiones tan especializadas como la literatura y la religión.
Teniendo en cuenta el atractivo intelectual del estructuralismo no es sorprendente encontrar las ideas básicas del estructuralismo lingüístico en otras esferas de investigación más amplias. El más notable de éstos es la antropología que fue desarrollado por Claude Lévi-Strauss.
La definición de Lévi-Strauss del objeto adecuado del análisis estructuralista es la siguiente: “un arreglo está estructurado cuando cumple con dos condiciones, 1) que sea un sistema que contenga una cohesión interna y 2) que esta cohesión, inaccesible a la observación en un sistema aislado, sea revelada en el estudio de las transformaciones a través del cual se reconocen propiedades similares en sistemas aparentemente diferentes.
Claude Lévi-Strauss definió las condiciones que implican el concepto de estructura de la siguiente manera:
1. Implican el carácter de sistema, lo cual implica que sus elementos se relacionan de manera tal, que la modificación de cualquiera de ellos implica una modificación de todos los demás.
2. Como todo modelo pertenece a un grupo de transformaciones, cada una de éstas se corresponde con un modelo de la misma familia, de manera que el conjunto de estas transformaciones, constituye un grupo de modelos.
3. Las propiedades enunciadas previamente permiten predecir, de qué manera reaccionará el modelo en el caso en que alguno de sus elementos se modifique.
4. El modelo debe ser construido de tal manera que su funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos observados.
Por lo tanto, una estructura no es una realidad empírica observable, sino un modelo explicativo teórico construido, no como inducción sino como hipótesis. En la estructura no se considera a los términos en sí mismos, sino a sus relaciones, por lo tanto, es un sistema de relaciones y transformaciones regulado por una cohesión interna que se manifiesta en el estudio de sus transformaciones.
La más importante aplicación del estructuralismo fue en la literatura, en la creación de una nueva visión de la literatura, a saber, que en ella se encuentra no sólo la manifestación de una estructura subyacente, sino una reflexión consciente o en parte consciente de la propia estructura. En la terminología de la lingüística, el campo en el que comenzó este desarrollo, contrariamente a otras formas de escritura, en la literatura no se encuentra una clara distinción entre significante (palabras) y significado (los objetos a los que se refieren las palabras). Más bien, en composiciones literarias el significado es el significante propio, y el efecto de esta ecuación es llamar la atención del lector, no desde una referencia externa, sino desde el medio de referencia mismo.
El impacto del estructuralismo en el pensamiento acerca de las artes, ha claramente sido mayor en teoría literaria, sin duda debido a sus orígenes en el estudio de la lengua. Pero no hay ninguna dificultad en ver cómo es posible la extensión a otras artes. En dos condiciones que Lévi Strauss pone sobre la existencia de un sistema estructurado no hace explícita referencia a la lengua, y parece bastante plausible concebir formas de arte diferentes a la literatura como arreglos estructurados analizables en términos de constantes y variables. De hecho es natural y muy común para los artistas y críticos de arte hablar de esta manera. Así, podemos decir que la perspectiva estructuralista se puede aplicar en otras artes, por ejemplo, la pintura puede ser entendida como una forma de llevar al primer plano lo visual, los arquitectos a menudo hablan de un “vocabulario arquitectónico” y, es difícil hablar de música sin hacer referencia a la estructura de una composición.
Es fácil ver, entonces, cómo la manera estructuralista de pensamiento puede generar un entendimiento no sólo de la función poética, sino más ampliamente en las artes en general. La perspectiva resultante tiene claramente conexiones con el marxismo, como han reconocido muchos escritores. Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre el marxismo y el estructuralismo: En las teorías estructuralistas, correctamente así llamadas, los sistemas de significado y las percepciones que son auto-reflexionadas en el arte son universales y en su mayor parte determinadas. Es decir, que las estructuras del tipo que describe Lévi-Strauss, aunque en última instancia están sujetas a cambios, son atemporales “gramáticas” manifestadas en particulares culturas históricas. Mientras que en el marxismo, por el contrario, todo está sujeto a cambios históricos y quizá sobre todo, las estructuras sociales y culturales.
La crítica literaria también se nutrió con las teorías estructuralistas. El método estructural parecía tener especial afinidad con la consideración de la obra de arte, ya que lo más característico de ésta es su forma o estructura y no el contenido. En este sentido, la literatura representa un caso especial entre las artes, ya que su instrumento es el lenguaje, el cual es usado en la comunicación y a la vez, va ligado al contenido, es decir a su mensaje. La crítica estructuralista era fuertemente formalista, afirmaba que el significado de un texto, y, por tanto, de una obra, depende exclusivamente del contraste interno de sus partes, que constituye una forma reconocible. El placer estético posee los rasgos del "libre juego de las facultades", es decir, la idea romántica del “genio”.
Si la auténtica experiencia estética de la obra es el reconocimiento de las estructuras, que en el fondo pueden ser descritas matemáticamente, tal experiencia no está más limitada a un grupo restringido de personas cultas, a 'gente de buen gusto', a una élite. En ese sentido la experiencia estética se vuelve más parecida a la repetición de un experimento científico.
La naturaleza democrática del estructuralismo significa también que cualquier clase de "forma simbólica" puede ser vista estéticamente y estudiada en su significado: no solo la Mona Lisa de Leonardo, sino también los dibujos animados, los iconos de la publicidad: no existe más la aristocrática diferenciación entre cultura alta y cultura baja. Esto también es verdadero en cuanto a la relación entre diversas culturas y sociedades humanas: no existe superioridad del Occidente moderno frente a los 'primitivos' o al tercer mundo. 
5.4. Las teorías subjetivas y objetivas modernas (Ludwig Wittgenstein)
Ludwig Wittgenstein nació en Viena, Austria, en 1889. Nació en el seno de una familia adinerada y culta, por su casa desfilaron figuras como Clara Schumann, Gustav Mahler, Brahms, por eso su interés por la música y las artes mecánicas fueron permanentes a lo largo de su vida. Viajó a Inglaterra para estudiar ingeniería en Manchester, ahí conoció al célebre filósofo inglés Bertrand Russel, de quien leyó su importante obra Principio de las matemáticas. Después de participar la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein en el ojo regresa a Inglaterra para publicar su obra más importante: Tractatus lógico-philosophicus en 1923, en donde consideraba que había resuelto definitivamente todos los problemas fundamentales de la filosofía. Regresa a Austria a repartir su herencia entre sus hermanos y se va a enseñar a una escuela primaria en las montañas. Después regresa a Inglaterra en 1929 en donde pone en duda sus primeras doctrinas filosóficas. Toda su obra es, a partir de este momento, póstuma, incluso sus Investigaciones filosóficas que termino en 1948.
Es apasionante y difícil seguir la obra de este gran pensador en quien se reúnen la riqueza y la ironía del pensamiento socrático con cierto patetismo romántico y algunas inclinaciones místicas, que como en Kafka nunca alcanza a convertir en creencia. El pensamiento de Wittgenstein puede dividirse en dos períodos: el primero que culmina relacionado con el Tractatus y el segundo fue después de escribir las Investigaciones filosóficas. La primera es una obra lógica, en donde buena parte de su pensamiento resumido en las siguientes palabras que escribe en el prólogo: “Lo que puede decirse puede decirse claramente, en donde no se puede hablar hay que callarse”. La teoría de Ludwig Wittgenstein es, por lo tanto, una teoría del significado, esta teoría es una búsqueda metódica de elementos simples. Las proposiciones complejas de nuestro lenguaje pueden reducirse a proposiciones simples, las cuales, a su vez, se refieren a hechos del mundo, ha hecho particulares, “atómicos”. De estos hechos no puede darse ejemplo alguno que son últimas instancias de la realidad sin las cuales los hechos complejos no existirían.
El significado de una proposición es la situación que describe o que representa, una representación se refiere siempre al mundo. Los nombres individuales no tienen significado, lo tienen en cambio, las proposiciones, los nombres son como puntos, las proposiciones son como flechas, tienen sentido; en otras palabras, una proposición es una representación de la realidad. Para Ludwig Wittgenstein el lenguaje es “la totalidad de las proposiciones y los limites de mi lenguaje significan los limites de mi mundo.”


Ludwig Wittgenstein no cree en la estética ni en la psicología ni en las creencias religiosas. Acerca del estética Wittgenstein dice lo siguiente: “casi me gustaría hablar de lo que podría entenderse por estética.” ¿Es la estética una rama de la psicología? “No parece haber conexión alguna entre lo que hacen los psicólogos y un juicio acerca de la obra de arte.” Además, fundar la estética en la psicología sería un error ya que también la psicología carece de fundamento.